Читать онлайн «Un corazón traicionado»

Автор Джессика Харт

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Juliet Laing no podía criar a sus pequeños gemelos si tenía que ocuparse ella sola de su rancho de ganado. Necesitaba un capataz, y pronto…

El irritante australiano Cal Jamieson reclamó el puesto y enseguida se instaló en su hogar. Ahora parecía dispuesto a demostrar que el trabajo del rancho no era adecuado para una mujer inglesa.

Juliet decidió enseñarle a Cal quién era el jefe… hasta que descubrió su verdadero motivo para haber ido al rancho. Era la excusa perfecta para despedirlo, así que ¿por qué no conseguía hacerlo?

Jessica Hart

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Jessica Hart

Jessica Hart

Un corazón traicionado

Título Original: Outback husband (1998)

Serie: Amor en Australia 2

Capítulo 1

– ¡MAMI, viene alguien!

Secándose las manos en el mandil, Juliet salió de la cocina y se puso las manos a forma de visera para mirar la alta columna de polvo rojo que indicaba que un vehículo se acercaba a ellos.

– ¿Quién es? -preguntó Kit, con la seguridad de los tres años de que su madre lo sabía todo.

Andrew alzó la vista.

– Es un coche -dijo con desdén para volver a remover la tierra con su pala de juguete.

Como su gemelo, era un niño corpulento, con el angelical pelo rubio de Hugo y sus propios ojos azules oscuros, pero Juliet sabía que bajo el aspecto idéntico se escondían dos personalidades muy diferentes. Andrew era terco y decidido y podía jugar a lo mismo durante horas mientras que Kit se distraía con facilidad, hacía muchas preguntas y solía meter a su hermano en problemas.

– Lo es -acordó Juliet cuando Kit ya abría la boca para protestar-. Pero como va alguien dentro, Kit también tiene razón. Quizá sea el nuevo capataz.

– ¿Qué es un capataz?

Ese era Kit, por supuesto.

– El que nos va a ayudar a llevar el rancho.

Si había algo que necesitaba era ayuda, pero Juliet no podía dejar de preguntarse si había tomado la decisión adecuada.

Por encima de todo, Cal había parecido la persona ideal. Cuando le había preguntado a un vecino por referencias le había dicho que era el mejor para llevar una propiedad como la suya. También le había dicho que era un buen hombre.

Cal Jamieson podía hacer bien su trabajo, pero cada vez que Juliet recordaba su conversación telefónica, sentía una leve inquietud.

Había sonado brusco, pero Juliet ya había aprendido a no esperar que los rancheros emanaran encanto. Hugo la había hecho desconfiar del carisma superficial. No, era algo en la forma en que él se había hecho cargo de la conversación. Por supuesto, ella había querido saber si era competente, pero ¿no debería haber dependido de ella el sugerir un período de prueba? Y había algo más, Juliet había quedado con la impresión de que guardaba algún tipo de hostilidad contra ella.

Bajó la vista hacia los dos niños pequeños que jugaban con la tierra en la base de los escalones y sintió una punzada de amor tan intensa que le atenazó la garganta. Sus niños. Ellos merecían cada lágrima de puro agotamiento, cada noche pasada en vela preocupada por su futuro. Wilparilla era su herencia y lucharía para conservarlo para ellos. No le importaba lo hostil que Cal Jamieson se pusiera siempre que la ayudara a conseguirlo.